La Bodega

Aquí nace la Magia

La bodega Manuel Formigo nace como la siguiente generación de la familia Formigo de la Fuente, la cual durante generaciones mantuvo una estrecha relación con la viticultura y elaboración de vino en el Ribeiro.

Después de formar parte durante las últimas dos décadas de una bodega industrial hemos dado un salto de calidad.

El año 2006 volvimos a nuestros orígenes, comenzando a elaborar vinos exclusivamente con las uvas de nuestras propias viñas.

Las cuales comprenden unas 6 hectáreas de terreno donde podemos encontrar casi todas las variedades autóctonas de la comarca del Ribeiro.

En el caso de las variedades blancas trabajamos con Treixadura, Godello, Loureira, Caiño Blanco, Torrontés, Albariño, Alvilla do Avia y Palomino

En el caso de las variedades tintas trabajamos con las variedades Caiño longo, Sousón, Brancellao y Alicante Bouschet.

Contamos con las plantaciones de variedades autóctonas más viejas del ribeiro

FILOSOFÍA DE LA EMPRESA

Nuestro objetivo es el de una empresa familiar viticultora y elaboradora desde antaño, en la que intentamos mostrar cada vez más y mejor el arduo y cuidadoso trabajo que realizamos durante todo el año para satisfacer con nuestros vinos a los clientes más exigentes. Solo trabajamos nuestras propias fincas y nuestro propósito es el de seguir aumentando nuestra propia producción, para así poder controlar todo el proceso, de nuestras cepas a la copa del cliente.

EQUIPO HUMANO

En él se mezcla la tradición y experiencia de toda una vida trabajando el viñedo y elaborando vinos de María del Carmen de la Fuente de la Torre y Agustín Formigo Raña, junto con los conocimientos técnicos adquiridos por Manuel Formigo de la Fuente, ambos licenciados en enología. Así, combinando el saber hacer y la tradición con las más modernas técnicas en viticultura y enología nacen los vinos que elaboramos.

Nuestra bodega ha albergado vinos durante generaciones

Un poco de nuestra historia

En esta nueva etapa, soy yo, Manuel Formigo, licenciado en Enología, el que toma las riendas de la bodega, siempre acompañado por mis padres Agustín Formigo y María del Carmen de la Fuente, los cuales aportan la experiencia de toda una vida trabajando en las viñas.

En 2006 empezamos este proyecto en el sótano de la antigua casa de mis abuelos, Construida con una doble pared de piedra de más de doscientos años de antigüedad, la bodega ha visto producir y elaborar durante muchos años vinos de calidad.

En 2013 nos mudamos a una nueva bodega construida dentro de nuestra finca más grande, Miñoteira, la cual fue construida con la misma piedra que encontramos debajo de nuestras plantas en la viña.

Trabajar exclusivamente con nuestras propias uvas nos permite controlar íntegramente el proceso de la uva y el vino desde la cepa hasta la copa.

En esta bodega todos los trabajos se hacen dentro de la familia, lo que de una manera u otra, nos da una personalidad.

Intentamos trabajar en consonancia con las viñas,  entendiendo a cada variedad y no aplicando la misma filosofía para todas. Los trabajos en bodega son realizados bajo el concepto de mínima intervención, fermentación separada de las diferentes variedades y parcelas, intentando expresar en los vinos el máximo potencial de nuestro terroir, lo que nos lleva a una gama de vinos donde el componente mineral de nuestra viticultura del granito siempre está presente.

De la cepa hasta la copa, la familia Formigo controla todo el proceso de producción desde el concepto de la mínima intervención

TERROIR

Los suelos donde se asientan nuestras fincas corresponden casi siempre, a formaciones poco evolucionadas y asentadas sobre rocas madre de gran dureza, constituidas básicamente por antiquísimos materiales graníticos procedentes del periodo hercínico. Presentan una importante presencia de piedras y gravas que mejoran la macroestructura del suelo y la insolación de los racimos.

Podemos hablar de una peculiar «viticultura del granito», asentada sobre suelos ácidos, sueltos y bien oxigenados.

Los contenidos en materia orgánica oscilan entre el 2 y el 4% para la capa arable y suelen estar por debajo del 3% en el subsuelo

Utilizando las variedades adecuadas, este tipo de suelos tiende a originar vinos frescos y aromáticos, de gran elegancia y finura de paladar.

CLIMA

Sobre el valle del Avia interaccionan tipologías atlánticas y mediterráneas, constituyendo bandas en las que las influencias húmedas y los períodos secos se suceden, posibilitando unos envidiables ritmos de maduración que permiten al viñedo expresar su mejor potencial de calidad.

Por otra parte, las múltiples orientaciones que dibujan la complicada orografía configuran un complejo mosaico de reductos microclimáticos de acentuada diversidad.